Se me pone el alma andarina
nada más escucho el piar
de los zorzales por el olivar.
Aún siento en mi paladar
alaridos de petirrojos
sobre un gris zarzal.
Las yemas se desgañitan
de tanto gritar,
mientras con capitalina torpeza,
desanudan con finura
el nudo de tu delantal
¿Hacemos una talega?
¿Lo llenamos de "granás"?
Filamentos de esparto dorado.
simulan un coro flamenco
de bailarines mecanizados
Mi sombrero de pana verde
enmudece con el pinchazo
de un majoleto
sobre un majano
Hojas amarillas
repletas de mamarrachos,
se manifiestan
contra dos negros zapatos
En ese bosque animado,
un gitano mal encarado,
anda recogiendo mimbre
y soñando con canastos
colorados.
Un civil verde musgo
se la menea
en un recodo que hay
entre el camino
y la vereda.
Los mil colores de otoño
se funden en el crisol
mientras canta mal,
pero canta,
unas bulerías el sol.
Otoño en mis canas
¡¡Bendito sea dios!!
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