Antes de empezar,
he de decir que a pesar de mi edad,
son cincuenta y cinco castañas ya!!
me dio el barrunto
y me he matriculado
en alemán
Tengo una profesora muy especial,
Pequeña como un gorgojo,
mal aliñá
y de cabezón “descompasá”.
Medirá sin exagerar uno cincuenta
y quizás estoy
echando una cuarta más.
Quijada prominente, ojos inteligentes
Las perlas de su boca, se han convertido
en enormes dientes de yegua vieja
de incalculable edad.
Yo creo que supera los sesenta.
Pocas chichas, culillo de avispa.
Tetas como globos alargados y desinflados,
ayer sin sujetador ,
le llegaban hasta el cinturón
Pésimo gusto en el vestir ,
vestido de algodón fino
adornado por pelotillas
que algún gitano del mercadillo
habría tirado,
sin que nadie se diera cuenta
en un descampado.
Acompañaba tan cruel vestimenta
de un collar y anillo
a juego,
de la señorita Pepis.
Miope
Gafas primavera verano del cincuenta y tantos,
con su cordón al cuello,
a juego con sus zapatos
no llegué a verle el esparadrapo.
Su abundante pelo
blanco
se lo peina
según un modelo que en los sesenta hizo furor.
Para mí que sigue siendo mozuela y entera
Porque cualquiera le hinca el diente al primor.
Eso sí
habla el alemán como dios
Y mientras el canario cante,
que es lo importante,
ahí estoy yo de seguidor
Ya os iré contando mis avances
en lenguaje teutón
Aquí lo dejo
Adiós
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