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viernes, 11 de febrero de 2011

A mi sobrino Alejandro

Sobrino Alejandro,
Ya sé que aún no sabes leer. "Ni falta que me importa" como diría mi buen amigo Antonio Vallecillos, el que anda con una ruina para tres vidas, según él.

También sé que andas escaso de dientes, por no decir, que no tienes ni uno.

Tampoco los tiene cualquier defensa central inglés que se precie, así que no es motivo de preocupación.¿ A qué no?

El nombre marca, no te vayas a creer. Y lo de Alejandro, no es paja de habas.

Pero ya verás que con las enseñanzas de tito Manuel (que ero yo, no se te vaya a olvidar) ya verás que esto es broza.

Ganas tengo, querido Alejandro, que las mujeres no te anden zangoloteando y andes en disposición de aprender.

Te quiero enseñar cosas nada provechosas pero absolutamente ociosas.

Si andas dispuesto, vamos a fabricar barcos de juncos que anegan nada más empezar a navegar. Vamos a pescar barbos a mano. A buscar nidos de tórtola y de perdiz. A poner las trampas. A coger los caramelos de las gayombas, que maduran en el mes de Abril. A perseguir los gusanos de la luz. Y a mil aventuras más, de las que no vamos a dar pistas

Vamos a disfrutar de los que nos da la vida. Y a reír.

Esto último, a lo de reír me vengo a referir, es importante de más. Ya lo sabrás según te vaya carcomiendo la edad. Y lo de disfrutar del momento, tampoco es cosa baladí, que te voy a decir.

Mientras tanto, estate tranquilo y se feliz.

No te precipites en afeitarte (que buena falta te hace), ni en ser lo que tus tías te digan. Hazme caso. Y desde tu corta edad espero, que hagas mismamente, lo que te "zarga de loh güevoh"

El tito Manuel te estará esperando para hacer de ti, lo que se llama y se dice, un autentico zascandil.

2 comentarios:

caracola dijo...

UUyyy que boniiito!!!

Besancos

Macarroni dijo...

Siri (la del Iphone) me ha llevado hasta tu poema jajaaj y me ha encantado y unas risas me he echado!